Archivo de febrero 2022

28
Feb
22

Quién es Vladimir Putin: machismo, asexualidad y una infancia sin amor

Mis consideraciones se ajustan a reales situaciones, a riesgo de padecer reiteradas restricciones a las mismas.

a) {Quién es Vladimir Putin: machismo, asexualidad y una infancia sin amor}Pues, en el curso de la evolución de la ecuménica perversa civilización patriarcal, tenemos la oportunidad de percibir cuales son las “virtudes humanas”, que han dado lugar al carácter de quienes desde oriente a occidente imponen su poder a lo largo de la historia. Genéricamente hablando la civilización del ecuménico perverso varón, se encuentra en la etapa más avanzada de la evolución; fundamentalmente, a partir de la adquisición del lenguaje y de una visión más detallada del mundo externo y de su mundo interior a través del psicoanálisis (Freud), sin perder su sádico instinto de muerte como en el ejemplo “OMICRONADO” y “UCRANIA”.

b) {Nacido en Leningrado en 1952, el carácter solitario del líder del Kremlin se empezó a forjar durante su infancia, en la que tuvo que crecer en una familia de sustitución, a la que le enviaron previamente sus padres biológicos.}Pues, se actúa en nuestras acciones, transfiriendo sobre personas y objetos, el predominio de aquello que experimentamos en nuestro acceso a lo real en la etapa desde el nacimiento a los primeros años, fundamentalmente.

c) {Habitualmente, heridas como la falta de afecto o la soledad se suelen cubrir con una apariencia fuerte, con una coraza de poder. Esto es aplicable también a Putin, quien busca llamar la atención con frecuencia y mostrarse como un macho dominante cada vez que puede o le interesa.}Pues, transferimos así, en el desarrollo de nuestra vida, esas experiencias de los primeros años, que han quedado en el inconsciente.

d) {Los peligros de ser siempre el ‘macho dominante’ pasan también por, evidentemente, tener conductas machistas, hasta las más violentas. En el caso de Putin, el autor alemán Erich Schmidt-Eenboom afirma que el exagente del KGB ejercía maltratos físicos a su exmujer Ludmila durante los años 80 y que, a día de hoy, no guarda relación ni con ella (se divorciaron), ni con las dos hijas resultantes del matrimonio, Mariya, de 37 años, y Ekaterina, de 36. Además, el mismo autor revela una curiosidad realidad de Putin y es que al parecer, este último no es muy aficionado al sexo: «El sexo y la vida sexual le son totalmente ajenos».}Pues, nos expone el ecuménico perverso patriarcado la influencia de su irresoluble perversión y ambigüedad sexual en cada situación que se provoca en la dinámica social. Tal influencia se desarrolla porque la situación de la sociedad, roza inevitablemente su irresoluble perversión y ambigüedad sexual. El drama psicológico del infante varón, su temor a la castración y repudio a lo femenino considerado “castrado”, se convierte en psicopatológico, cuando la fuente infantil de ese sufrimiento, que hemos de compartir y del cual se espera que derivemos nuestro placer, no es ya un conflicto entre dos motivaciones inconscientes casi por igual, sino entre motivaciones conscientes y reprimidas.

e) {Si Putin es la amenaza principal de Occidente en estos momentos, a mediados del siglo XX hubo otro líder que también puso en jaque a todas las naciones del mundo: Adolf Hitler. Un hombre que guarda algunas similitudes con el presidente ruso, como los traumas infantiles, el vacío de afecto y la búsqueda del poder no solo económico y social, sino territorial.}Pues la transexual ecuménica perversa civilización patriarcal llegada al Siglo XXI, nos muestra el resultado de su desarrollo económico y tecnológico de tales características; no registradas en la historia. El tejido social conformado durante milenios se apoyó y se apoya en el poder del transexual ecuménico perverso varón, estructurado en su irresoluble perversión y ambigüedad sexual; no obstante, el “sistema” transexual ecuménico perverso patriarcal sonríe cuando se les habla de una interpretación sobre su agresivo y sádico comportamiento. La transexual ecuménica perversa civilización patriarcal es desarrollo y resultado de su concepción de dominio, que deriva su posicionamiento social basado en la rebelión primordial de la horda primitiva. El avance científico y tecnológico del transexual ecuménico perverso patriarcado, redistribuye en los órdenes de la educación y salud un basamento propio de su sexualidad oral – sádica. El “dominio” pretendido sobre la naturaleza “evolucionó y evoluciona” sin considerar el impacto sobre el eco sistema ¿Cómo sería el lineamiento, si el poder fuera ejercido e impuesto por lo femenino; más de la mitad de la población mundial? El transexual ecuménico perverso patriarcado evitará semejante experiencia, pues su irresoluble perversión y ambigüedad sexual lo asumiría en su paranoico carácter, como “protagonista” que debería incurrir en un sufrimiento y espantoso temor que le malograría el placer implícito en su caníbal satisfacción. El consolidado sistema transexual ecuménico perverso patriarcal ensambla “coordinadamente” la estructura mundial en este desarrollo milenario, donde recrea y maneja ya no lo conflictivo inconsciente, sino las motivaciones conscientes y reprimidas del sometimiento de lo femenino. Es así, que le permite permanecer dominando y recreando procesos y crisis. Procesos, de lo que originariamente la fisión atómica como arma de destrucción masiva, en Japón, vuelve en esta emergencia como potencial e inmenso poder de aniquilación, derivado de su pretendido uso pacífico.El autor de estas líneas ha osado, en sus Notas, colocarse enfrente de los severos principios del macho y al lado de la mujer, y de las opiniones del feminismo. En un mundo globalizado, en este febrero de 2022, contemplamos la civilización – cultural del transexual ecuménico perverso varón como fue modelada a la luz de sus deseos como único “protagonista”, de un desastre nuclear que puede hacer desaparecer una nación. Puede leerse “héroe” como “protagonista”, pues una misma voz contempla ambas acepciones.

El sentido y la verdad del feminismo (la mujer) es la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual

“El feminismo es única y absolutamente la mujer”

Un travesti o un trans; no es una mujer

El discurso de la acción femeninológica, de mi ciencia de lo femenino (Femeninologia), expone al varón frente a aquello que ha silenciado en el pasado; el fundamento agresivo que encubre con su hipócrita moral y ética patriarcal, que se demuestran insostenibles en el presente.

Buenos Aires

Argentina

28 de febrero de 2022

Osvaldo V. Buscaya (OBya)

Psicoanalítico (Freud)

Femeninologia

*Ciencia de lo femenino


Actualidad

Quién es Vladimir Putin: machismo, asexualidad y una infancia sin amor

Te contamos los orígenes y el desarrollo personal del hombre más poderoso de Rusia

Imagen integrada
Quién es Vladimir Putin: machismo, asexualidad y una infancia sin amor

  • SMM

Actualizado 25/02/2022 – 14:27 CET

La invasión de Rusia a Ucrania es una de las mayores tragedias de los últimos años en Occidente. Un conflicto que nos ha dejado a todos desolados, preocupados y pendientes de un nombre propio: Vladimir Putin.

El presidente ruso ha sido durante décadas una de las figuras más influyentes de la política mundial, y aunque la mayoría de personas intuían que era una persona potencialmente peligrosa, nunca se imaginaron que llegaría hasta los extremos actuales, más aún viviendo en el siglo XXI.

Desde este momento, todo el mundo se pregunta cuál es el origen de esa ira, esa ambición desmedida, esa crueldad… Hoy, os contamos las claves de la personalidad de Vladimir Vladimirovich Putin.

Una infancia sin sus padres biológicos

Nacido en Leningrado en 1952, el carácter solitario del líder del Kremlin se empezó a forjar durante su infancia, en la que tuvo que crecer en una familia de sustitución, a la que le enviaron previamente sus padres biológicos.

Según el politólogo Stanislav Belkowski, esto le causó muchos traumas, los cuales le llevaron a desconfiar de las personas y a sentirse únicamente cómodo en compañía de animales.

De hecho, los únicos amigos del presidente ruso son su labrador Koni y el ovejero búlgaro Buffy.

Putin, el espejo de la masculinidad tóxica

Habitualmente, heridas como la falta de afecto o la soledad se suelen cubrir con una apariencia fuerte, con una coraza de poder. Esto es aplicable también a Putin, quien busca llamar la atención con frecuencia y mostrarse como un macho dominante cada vez que puede o le interesa.

Durante los últimos años, se le ha podido pescando con el torso desnudo, blandiendo fusiles, conduciendo una Harley… todo para mostrar una imagen de virilidad, de superioridad masculina.

Un carácter indómito y herido del que ya habló Angela Merkel hace años: «Siempre ha tenido una imperiosa necesidad de demostrar quién es el más fuerte».

Un maltratador en toda regla y… ¿asexual?

Los peligros de ser siempre el ‘macho dominante’ pasan también por, evidentemente, tener conductas machistas, hasta las más violentas.

En el caso de Putin, el autor alemán Erich Schmidt-Eenboom afirma que el exagente del KGB ejercía maltratos físicos a su exmujer Ludmila durante los años 80, y que a día de hoy, no guarda relación ni con ella (se divorciaron), ni con las dos hijas resultantes del matrimonio, Mariya, de 37 años, y Ekaterina, de 36.

Además, el mismo autor revela una curiosidad realidad de Putin y es que al parecer, este último no es muy aficionado al sexo: «El sexo y la vida sexual le son totalmente ajenos».

Putin y Hitler, dos perfiles parecidos

Si Putin es la amenaza principal de Occidente en estos momentos, a mediados del siglo XX hubo otro líder que también puso en jaque a todas las naciones del mundo: Adolf Hitler.

Un hombre que guarda algunas similitudes con el presidente ruso, como los traumas infantiles, el vacío de afecto y la búsqueda del poder no solo económico y social, sino territorial.

Si bien es cierto que Vladimir Putin no ha engendrado ningún holocausto antisemita durante las últimas décadas (y menos mal), su visión estratégica también pasa, según muchos, por un relato de fanatismo expansionista, empecinado en crear un espacio de dominación rusa.

Este relato tendría su origen en la nostalgia, pues para muchos politólogos, Putin no es más que un producto, el producto de la humillación que sufrió la URSS por EEUU al final de la guerra fría.

Vladimir Putin, del dolor a la violencia

En definitiva, queda claro que la única obsesión real de Vladimir Putin es el poder, a través del miedo.

Un hombre que se escuda en la nostalgia de devolver a Rusia a su relevancia política y territorial de los tiempos de la URSS, pero que en realidad, solo busca ser admirado y querido.

Así queda el retrato psicológico de uno de los hombres más peligrosos del mundo en la actualidad.

27
Feb
22

Cómo nuestras débiles élites envalentonaron a Putin

La incoherencia occidental y el oportunismo ruso han llevado a Ucrania al desastre.

Brendan O'Neill

BRENDAN O’NEILL
ESCRITOR POLÍTICO EN JEFE

Cómo nuestras élites débiles envalentonaron a Putin

Mientras las tropas rusas se amontonan en Ucrania y las bombas rusas caen sobre las ciudades ucranianas, ¿en qué se centran los servicios de seguridad del Reino Unido? Privilegio blanco. Esto no es una broma. Como informa hoy el Daily Mail , «se insta a los espías británicos a que consideren su ‘privilegio blanco’ y declaren sus pronombres mientras Europa desciende a la guerra». Esto proviene de un informe filtrado sobre «mejorar la diversidad» en los servicios de seguridad, escrito por Sir Stephen Lovegrove, asesor de seguridad nacional del Reino Unido. También desaconseja el uso de términos de género como ‘mano de obra’ e incluso palabras como ‘fuerte’ y ‘agarre’, que pueden ‘reforzar los patrones culturales dominantes’. Y ahí lo tienen: mientras Putin juega al hombre fuerte, nuestros jefes de seguridad dicen ze y zir y desaconsejan el uso inapropiado de palabras molestas como… ‘fuerza’.

No se puede pedir una instantánea más clara de la división entre Occidente y Rusia en la actualidad. En Occidente, las instituciones están plagadas de corrección política, incapacitadas por el despertar y cada vez más incapaces de tomarse en serio casi cualquier tema, incluida la geopolítica. Y en Rusia hay un líder que es un agudo observador de esta ‘decadencia’ occidental, tal como él la ve. Occidente está acosado por ‘disturbios socioculturales’, dijo recientemente Putin. Donde Rusia bajo Putin está reviviendo el orgullo y la nostalgia por la historia rusa, al menos la versión de la historia que prefiere el régimen de Putin, en Occidente persiguen «la eliminación agresiva de páginas enteras de su propia historia», dice Putin. Occidente está demasiado ocupado ‘[enseñando] que un niño puede convertirse en una niña y viceversa’ para poder defender sus propias tradiciones y verdades, reprende Putin. Y ahora tenemos a los jefes de seguridad británicos obsesionados con los pronombres mientras Putin espía más territorio para la Federación Rusa. Tocando el violín mientras Ucrania arde.

Lo que ha quedado claro en los últimos años es que existe una extraña relación simbiótica entre la incoherencia occidental y el oportunismo ruso. Entre esta ‘decadencia’ en Occidente que ha llevado al rechazo de nuestra propia historia y valores fundacionales, e incluso de la verdad científica básica, y un régimen de Putin aparentemente envalentonado que se posiciona cada vez más como lo opuesto a todo eso, como el político adulto al occidente infantil sacudido por ‘perturbaciones socioculturales’. Sobre el sexo, la familia, la tradición y la historia, Putin lo expresó tan claramente como pudo a fines del año pasado. ‘Tenemos un punto de vista diferente’, dijo, dirigiéndose a prácticamente todo Occidente.

Letalmente, esta extraña relación se extiende a la esfera internacional. Aquí también hay una conexión entre la torpeza y la ceguera de los gobiernos occidentales que actúan en el escenario internacional pero con poco sentido claro de propósito o dirección, y un régimen ruso que ve en las secuelas de estos actos occidentales una oportunidad para expandirse. , o al menos consolidar, su poder regional e influencia global. De hecho, Rusia es tan abierta sobre esto como sobre la yuxtaposición de su forma de vida doméstica tradicional, heterosexual y que aprecia la historia con el desorden moral doméstico de Occidente. Cuando la política exterior occidental incoherente convierte a los países en «agujeros negros», en palabras del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Rusia ha aprovechado la oportunidad para presentarse como portadora de estabilidad,

Es difícil exagerar cuánto impacto han tenido las recientes intervenciones occidentales en el sentido de Rusia de sí misma y de sus ambiciones regionales e internacionales. El bombardeo de Libia dirigido por la OTAN en particular tuvo un efecto transformador en la visión de Moscú de su relación con el mundo. La sangrienta incoherencia de esta intervención que tan fuertemente defendió Hillary Clinton en particular animó a Putin y a otros en Rusia a posicionarse como fuerzas a favor de la ‘estabilidad’, para preservar el statu quo en lugar de cambiar regímenes imprudentemente. Como la experta rusa en asuntos internacionales Ekaterina Stepanovaargumenta, el ‘efecto Libia’ desempeñó un ‘papel muy directo en la configuración de la política posterior de Rusia sobre Siria’, donde Moscú fue capaz de justificar su frecuentemente destructiva posición con el régimen de Assad como un contrapeso necesario al ‘caos’ dejado atrás con demasiada frecuencia por Respaldo clintoniano al cambio de régimen. Libia, dice Stepanova, fue vista por los funcionarios rusos como un «epítome del caos y la fragmentación» que sigue a la intervención externa. O, como dijo el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergey Lavrov, intervenciones como la de Libia convierten a los países en un «agujero negro y una vía de tránsito para terroristas, matones, traficantes de armas e inmigrantes ilegales».

Una vez más, vemos la relación involuntariamente alentadora entre un Occidente dirigido por políticos despiertos y superficiales como Hillary Clinton y Joe Biden y un régimen ruso que ha creado un nuevo sentido de propósito nacional y global precisamente al contrastarse con este Occidente ‘decaído’. Esta trágica simbiosis entre la incoherencia occidental y al menos la ilusión de la fuerza rusa (está mal usar la palabra fuerza, lo sé) ha llegado a su punto más bajo en Ucrania. La calamidad que amenaza con desarrollarse allí se entiende mejor como consecuencia de la corrosión de las normas geopolíticas; del derrumbe del sentido y la seriedad en los asuntos internacionales; de las señales involuntarias que nuestras élites desorientadas ahora envían a regímenes como Rusia a través de su comportamiento en el escenario global.

Lo que hemos presenciado sobre Ucrania es lo peor de ambos mundos: los líderes occidentales como Biden señalan su virtud política, se enorgullecen de ser los salvadores del pueblo ucraniano y, al mismo tiempo, hacen saber que no dedicarán ningún recurso político o militar serio. , mucho menos mano de obra, al proyecto de proteger a Ucrania de Rusia. (‘Manpower’: otra palabra que no se despertó según los funcionarios de seguridad británicos. Lo siento). Como argumentó Fraser Myers esta semana , tanto Barack Obama como Biden han hablado duro sobre Ucrania y han dejado saber que no tomarán muchas medidas. . «El hecho es que Ucrania, que no es un país de la OTAN, será vulnerable al dominio militar de Rusia sin importar lo que hagamos», dijo Obama en 2016 .. Una ‘incursión menor’ de Putin en Ucrania no sería castigada demasiado, dijo Biden infamemente el mes pasado. Los líderes occidentales actúan con virtud mientras guiñan su renuencia a participar en cualquier tipo de actividad geopolítica seria y coherente .

En los últimos años, la geopolítica se ha desestabilizado por completo. Ha sido ahuecado. Ha llegado a ser impulsado menos por los intereses o la ideología, por el material de la realpolitik , y más por un hambre despierta de demostrar la decencia de uno en un escenario global. La evacuación de los intereses racionales de la geopolítica, y su reemplazo por la necesidad narcisista de decir algo sobre los propios valores, ha dejado ‘agujeros negros’ en todas partes, desde Irak a Afganistán, Siria a Libia. Además, como la retirada calamitosamente ejecutada de Biden de Afganistándejado en claro, el Occidente despierto está más que feliz de abandonar a sus aliados cuando las cosas se ponen difíciles, incluso cuando un ejército islamista amenaza con castigar a esos aliados de la manera más severa imaginable. Cualquiera que piense que Putin no ha estado prestando atención a todo esto, que no ha estado observando las confusiones internas de Occidente desatadas por el despertar y también la naturaleza performativa de la política exterior occidental, se está engañando a sí mismo. Este gobernante despiadado ve en la debilidad occidental una oportunidad de aumentar su propia fuerza, una palabra que nuestros funcionarios despiertos ni siquiera dirían .

La invasión rusa de Ucrania es obscena. Es una violación intolerable de la soberanía ucraniana y amenaza con causar destrucción y muerte entre el pueblo ucraniano. Como publicación antiimperialista, una publicación que apoya plenamente el derecho de las naciones a la autodeterminación ,se opone implacablemente a las acciones de Rusia. También queremos descubrir las condiciones, las ideas y las tendencias que han permitido que se desarrolle tal calamidad potencial. Rusia ha invadido, y hay que oponerse por haberlo hecho. Pero se ha envalentonado por las confusiones internas y el infantilismo geopolítico de un Occidente que, sin saberlo, le ha hecho el juego a Putin. Si vamos a defender la paz y la estabilidad en el siglo XXI, necesitamos restaurar el sentido y la diplomacia a la geopolítica, y ser honestos acerca de cómo las propias ilusiones y el narcisismo del confundido Occidente han impactado en la estabilidad global.

*Brendan O’Neill es el principal escritor político de Spikes y presentador del podcast Spikes , The Brendan O’Neill Show . Suscríbete al podcast aquí . Y encuentra a Brendan en Instagram: @burntoakboy

Fuente: spiked-online.com. La traducción es nuestra.

27
Feb
22

Puntos de vista de Hitler sobre la propiedad privada y la nacionalización

  • hs

Rainer Zitelmann

La respuesta a la pregunta de la posición de Adolf Hitler sobre la propiedad privada y la nacionalización parece ser bastante sencilla. Se acepta generalmente que Hitler reconocía la propiedad privada de los medios de producción y rechazaba la nacionalización. Dejarlo así, como se hace generalmente, significaría ser superficial porque esta afirmación es demasiado indiferenciada y deja demasiadas preguntas sin respuesta. En mi libro Hitler’s National Socialism analizo el pensamiento económico y sociopolítico del dictador.

Pollock: «Destrucción de todos los rasgos esenciales de la propiedad privada»

En un artículo sobre el sistema económico del nacionalsocialismo publicado en 1941, el economista y sociólogo Friedrich Pollock (cofundador del Instituto de Investigación Social de Fráncfort, que más tarde se convertiría en el núcleo de la escuela de Fráncfort) señalaba lo siguiente

Estoy de acuerdo en que la institución legal de la propiedad privada se mantuvo, y que muchos atributos característicos del nacionalsocialismo comienzan a manifestarse, aunque todavía vagamente, en los países no totalitarios. Pero, ¿significa esto que la función de la propiedad privada no cambió? ¿Es realmente el «aumento de poder de unos pocos grupos» el resultado más importante del cambio que se produjo? Creo que llega mucho más profundamente y debe describirse como la destrucción de todos los rasgos esenciales de la propiedad privada, salvando una excepción. Incluso a las empresas más poderosas se les negó el derecho a establecer nuevos campos de negocio en las áreas donde se esperaban los mayores beneficios, o a interrumpir una producción cuando no fuera rentable. Estos derechos fueron transferidos en su totalidad a los grupos gobernantes. El compromiso entre los grupos en el poder determinaba inicialmente el alcance y la dirección del proceso de producción. Ante tal decisión, el título de propiedad carece de poder, incluso si se deriva de la posesión de la inmensa mayoría del capital social, y mucho menos cuando sólo posee una minoría.

Como sabemos, el método de Hitler rara vez consistió en eliminar radicalmente una institución u organización, sino en seguir erosionando su sustancia interna hasta que no quedara prácticamente nada de su función o contenido original. Sólo en aras de la analogía, debemos señalar que la constitución de Weimar tampoco fue nunca derogada, sino que su sustancia e intención fueron erosionadas poco a poco y, por tanto, abolidas en la práctica.

En sus primeros discursos, Hitler abogaba por la nacionalización de la tierra, pero en principio seguía estando a favor de la propiedad privada. Como se desprende de las notas de Otto Wagener, la posición escéptica de Hitler sobre la nacionalización tenía que ver con sus convicciones socio-darwinistas. Otto Wagener, que desde principios de enero de 1931 hasta junio de 1932 dirigió el Departamento de Política Económica del NSDAP (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei, o Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores) y fue el asesor de política económica de Hitler, informa de que éste había declarado en 1930:

En este sentido, todo el concepto de nacionalización en la forma en que se ha intentado y exigido hasta ahora me parece erróneo, y llego a la misma conclusión que Herr Wagener. Si queremos llegar a una solución natural, sana y también satisfactoria del problema, tenemos que introducir un proceso de selección en el asunto, un proceso de selección para aquellos que deberían tener derecho a la propiedad y a la titularidad de las empresas.

Por otra parte, Hitler declaró con frecuencia y de forma enfática que la disposición de sus bienes no era en absoluto un asunto privado del industrial. El 9 de octubre de 1934, por ejemplo, declaró:

Por lo tanto, la riqueza en particular no sólo tiene mayores posibilidades de disfrute, sino sobre todo mayores obligaciones. La opinión de que la utilización de una fortuna, sea cual sea su tamaño, es un asunto exclusivamente privado del individuo, debe corregirse aún más en el Estado nacionalsocialista, porque sin la contribución de la comunidad ningún individuo habría podido disfrutar de tal ventaja.

Para Hitler el mantenimiento formal de la propiedad privada no era importante. Cuando el Estado tiene el derecho irrestricto de determinar las decisiones de los propietarios de los medios de producción, entonces la institución legal formal de la propiedad privada ya no significa mucho. Esto es lo que dice Pollock cuando establece una «destrucción de todos los rasgos esenciales de la propiedad privada» con una excepción. En el momento en que los propietarios de los medios de producción ya no pueden decidir libremente el contenido, el momento y el tamaño de sus inversiones, las características esenciales de la propiedad privada han sido abolidas, aunque la garantía formal de la propiedad privada siga existiendo.

En sus conversaciones de mesa del 3 de septiembre de 1942, Hitler dijo que la tierra era «propiedad nacional, y al final sólo se da al individuo como un préstamo». Hitler sólo reconoce la propiedad privada en la medida en que se utilice según el principio «beneficio común por delante del beneficio privado», lo que significa, concretamente, en la medida en que la tierra se utilice en el marco de los objetivos fijados por el Estado. Para Hitler el principio de «beneficio común por delante del beneficio privado» significa que si es necesario en el interés común, el estado tiene derecho a decidir en todo momento la forma, el grado y el momento en que se utiliza la propiedad privada, y el interés común es, por supuesto, definido por el estado.

En mayo de 1937 Hitler declaró:

Le digo a la industria alemana, por ejemplo, «Tienes que producir tal cosa ahora». Luego, vuelvo a ello en el Plan Cuatrienal. Si la industria alemana me respondiera: «No somos capaces», entonces le diría: «Bien, entonces me encargaré yo mismo, pero hay que hacerlo». Pero si la industria me dice: «Lo haremos», entonces me alegro de no tener que asumirlo.

Que tales declaraciones de Hitler no eran amenazas vacías quedó claro para los industriales a más tardar el 23 de julio de 1937, cuando Hermann Göring anunció la formación de la «AG para la extracción de mineral y la fundición de hierro Hermann Göring». El desarrollo que había comenzado con las repetidas amenazas de Hitler y Göring condujo finalmente a la creación de la Reichswerke Hermann Göring, que en 1940 empleaba a seiscientas mil personas. La planta de Salzgitter se convirtió finalmente en la mayor de Europa. Con ello, el Estado nacionalsocialista había demostrado que su tan proclamada «primacía de la política» iba muy en serio, y que no dudaría en pasar a la acción él mismo y en crear empresas controladas por el Estado en áreas en las que la industria privada se resistiera a ejecutar las directivas estatales. Durante una conversación el 14 de febrero de 1942 con Joseph Goebbels sobre el problema de aumentar la producción, Hitler dijo «Tenemos que proceder con rigor, que todo el proceso de producción tiene que ser reexaminado, y que los industriales que no quieran someterse a las directivas que emitamos, tendrán que perder sus plantas sin importar si luego se arruinan económicamente».

El modelo de Hitler: Stalin y su economía planificada

Los nacionalsocialistas pretendían ampliar la economía planificada para el periodo de posguerra, como sabemos por muchas de las observaciones de Hitler. Cada vez admiraba más el sistema económico soviético. «Si Stalin hubiera seguido trabajando durante otros diez o quince años», dijo Hitler en una reunión de un pequeño grupo en agosto de 1942,

La Rusia soviética se habría convertido en la nación más poderosa de la tierra, pueden pasar 150, 200, 300 años, ¡es un fenómeno único! Que el nivel de vida general aumentó, no cabe duda. El pueblo no sufría de hambre. Tomando todo junto tenemos que decir: Aquí se construyeron fábricas donde hace dos años no había más que pueblos olvidados, fábricas que son tan grandes como las de Hermann Göring.

En otra ocasión, también a su círculo íntimo, dijo que Stalin era un «genio» por el que había que tener un «respeto incondicional», especialmente por su exhaustiva planificación económica. No le cabía duda, añadió Hitler, de que en la Rusia soviética, a diferencia de lo que ocurre en países capitalistas como Estados Unidos, nunca ha habido desempleo.

En varias ocasiones, el dictador mencionó a sus colaboradores más cercanos que era necesario nacionalizar las grandes sociedades anónimas, la industria energética y todas las demás ramas de la economía que producían «materias primas esenciales» (por ejemplo, la industria del hierro). Por supuesto, la guerra no era el entorno adecuado para aplicar esas nacionalizaciones radicales. Hitler y los nacionalsocialistas eran muy conscientes de ello y, en cualquier caso, habían hecho todo lo posible por disipar los temores de nacionalización de la comunidad empresarial del país. Así, un memorando del jefe de las SS, Heinrich Himmler, de octubre de 1942, afirma que «durante la guerra» no sería posible un cambio fundamental de la economía capitalista alemana. Cualquiera que «luchara» contra esto provocaría una «caza de brujas» contra sí mismo. En un informe elaborado por un Hauptsturmführer de las SS en julio de 1944, la pregunta «¿Por qué las SS se dedican a actividades empresariales?

Esta cuestión fue planteada específicamente por los círculos que piensan puramente en términos de capitalismo y a los que no les gusta que se desarrollen empresas públicas, o al menos de carácter público. La época del sistema liberal de empresas exigía la primacía de la empresa, es decir, la empresa es lo primero y luego el Estado. Frente a esto, el nacionalsocialismo adopta la posición: el Estado dirige la economía, el Estado no está para la empresa, la empresa está para el Estado.

Mises: «El socialismo con la apariencia externa del capitalismo»

Así era como Hitler y los nacionalsocialistas veían la esencia misma del sistema económico que habían establecido, pero también era como lo veían observadores astutos como el economista Ludwig von Mises. Por cierto, llegó a la misma conclusión que el economista de izquierdas Friedrich Pollock, citado al principio de este artículo. El 18 de junio de 1942, Mises escribió una carta al director del New York Times. Con más claridad que muchos de sus contemporáneos y, sobre todo, con más claridad que muchos autores que escriben hoy sobre el nacionalsocialismo, reconocía que

El modelo alemán de socialismo (Zwangswirtschaft) se caracteriza por mantener, aunque sólo nominalmente, algunas instituciones del capitalismo. El trabajo, por supuesto, ya no es una «mercancía»; el mercado laboral ha sido solemnemente abolido; el gobierno fija las tarifas salariales y asigna a cada trabajador el lugar donde debe trabajar. La propiedad privada ha quedado nominalmente intacta. Sin embargo, de hecho, los antiguos empresarios han sido reducidos a la condición de gerentes de tienda (Betriebsführer). El gobierno les dice qué y cómo producir, a qué precios y a quién comprar, a qué precios y a quién vender. Las empresas pueden protestar contra los mandatos inoportunos, pero la decisión final corresponde a las autoridades…. El intercambio de mercado y el espíritu empresarial son, por tanto, sólo una farsa. El gobierno, y no las demandas de los consumidores, dirige la producción; el gobierno, y no el mercado, fija los ingresos y gastos de cada individuo. Esto es socialismo con la apariencia externa del capitalismo—planificación global y control total de todas las actividades económicas por parte del gobierno. Se mantienen algunas de las etiquetas de la economía de mercado capitalista, pero significan algo totalmente distinto de lo que significan en una auténtica economía de mercado.

Como sabemos por las declaraciones de Hitler, una vez terminada la guerra, quería impulsar aún más el desarrollo hacia una economía dirigida por el Estado. En sus monólogos a su círculo íntimo (conocidos como «conversaciones de mesa») del 27 y 28 de julio de 1941, Hitler dijo que «Un empleo sensato de los poderes de una nación sólo puede lograrse con una economía planificada desde arriba». Unas dos semanas más tarde, dijo «En lo que respecta a la planificación de la economía, todavía estamos muy al principio y me imagino que será algo maravillosamente bonito construir un orden económico alemán y europeo que lo abarque».

Author:

Rainer Zitelmann

Rainer Zitelmann is a historian and the author of the recently published book Hitler’s National Socialism

Creative Commons Licence
Fiuente: Mises Institute.
27
Feb
22

La política exterior de Estados Unidos siempre ha sido agresiva

Sam

José Solís-Mullen

Con tanto se ha hablado en la última década del comportamiento de China en su vecindad inmediata, desde las justas con Japón por las islas Senkaku/Diaoyu hasta la construcción y ocupación de las islas Spratly, desde el hostigamiento de los pescadores filipinos hasta la participación en enfrentamientos fronterizos reales con la India. vale la pena dar un paso atrás y tener una visión más amplia del comportamiento chino en sus inmediaciones.

¿Es sin precedentes?

¿Cómo se comportaron otros estados grandes, emergentes y militarmente capaces?

¿Cómo, por ejemplo, se comportó el naciente Estados Unidos?

Alerta de spoiler: en comparación con el coloso en ascenso de los Estados Unidos de fines del siglo XIX, Beijing ha mostrado una moderación considerable.

“Nuestra pequeña región por aquí”

Tenga en cuenta que al comenzar nuestro examen a fines del siglo XIX, desde el principio pasamos por alto la expansión agresiva y violenta de los límites territoriales de los Estados Unidos hasta los albores del siglo XX, cuando el tamaño de los Estados Unidos aumentó casi doce veces. . Durante ese período inicial, además de la Revolución Estadounidense, la Guerra de 1812, las Guerras de Berbería y la Guerra México-Estadounidense, los EE. límites del continente norteamericano occidental. Así, también, pasamos por alto su participación en el este de Asia, en las Guerras del Opio, y en Corea y Japón, que forzó a abrir a punta de pistola en 1853. Pero el hecho claro es que, desde su inicio hasta el «cierre de la frontera» en 1890,

Pero en 1890, habiendo declarado oficialmente completado su autoproclamado destino manifiesto de expandir los Estados Unidos desde el Atlántico hasta el Pacífico, su mirada rápidamente se volvió hacia el exterior. La transformación de la relación de los estados con el gobierno federal durante la Guerra Civil, así como la rápida industrialización y la expansión de las líneas de telégrafo y ferrocarril, significaron que EE. UU. era cada vez más capaz de proyectar una fuerza concentrada en el exterior. Sus interacciones con otras grandes potencias durante la siguiente década ilustran claramente uno de los principios realistas fundacionales de las relaciones internacionales: a medida que aumentaba su poder relativo, también aumentaban las demandas de deferencia de Estados Unidos en su vecindad inmediata. De hecho, tan pronto como hubo alcanzado los niveles necesarios de cohesión interna y poderío industrial,

Si bien la Doctrina Monroe se estableció inicialmente en 1823, el principio de que, en adelante, el hemisferio occidental estaba fuera de los límites de una mayor intromisión de poderes externos fue, para citar al politólogo Graham Allison, «en gran medida aspiracional en lugar de real». No impidió, por ejemplo, que Gran Bretaña tratara a América del Sur como una parte de facto de su imperio, arrebatando las Malvinas a Argentina, ni interviniendo rutinariamente en la política interna de lugares como Nicaragua y las islas del Caribe. Así también, una España decrépita aún controlaba a Cuba, a apenas noventa millas del territorio continental de Estados Unidos. Y para la década de 1880, luego de la unificación alemana, la Armada Imperial Alemana se había convertido en una presencia regular y no deseada en América Latina.

No más: de ahora en adelante se aplicaría la Doctrina Monroe y hasta las más poderosas de las grandes potencias europeas serían obligadas a observarla. Cuando los británicos amenazaron con intervenir en Venezuela por deudas impagas y una frontera en disputa, el secretario de Estado del presidente Grover Cleveland, Richard Olney, advirtió a los británicos: “Hoy, Estados Unidos es prácticamente soberano en este continente, y su fiat es ley sobre los súbditos. a lo que define su interposición.”

Eso fue a mediados de la década de 1890. En 1902, inmediatamente después de la decisiva victoria de Estados Unidos sobre España en Cuba y Filipinas, y con el poder industrial y militar de Estados Unidos aún en rápida expansión, británicos y estadounidenses se encontraron una vez más en lados opuestos de una disputa fronteriza, esta vez sobre el límite exacto entre Alaska y el oeste de Canadá. Ahora, el presidente Theodore Roosevelt hizo saber que “En caso de objeciones engañosas y de gran capacidad por parte de los ingleses, enviaré una brigada de soldados estadounidenses regulares a Skagway y tomaré posesión del territorio en disputa y lo mantendré por el poder. y la fuerza de los Estados Unidos”.

Además de ayudar a hacer realidad la Doctrina Monroe, el presidente Roosevelt le añadiría su propio corolario: cualquier estado de la región incapaz de mantener su propio orden interno, o que mostrara “insolencia” hacia los Estados Unidos, ahora podría estar sujeto a Intervención militar. En camino a desplegar tropas estadounidenses para intervenir en la política interna de media docena de países centroamericanos y caribeños durante su tiempo en el cargo, una política que todos sus sucesores seguirían diligentemente hasta que su primo asumió el cargo en 1932, el Rough El presidente Rider dijo lo siguiente en respuesta a quienes criticaron las flagrantes violaciones estadounidenses de la soberanía de otros estados: “La Doctrina Monroe no es una cuestión de derecho en absoluto. Es una cuestión de política. Argumentar que no puede ser reconocido como un principio del derecho internacional es una mera pérdida de aliento”.

También podría haber citado al general romano Pompeyo («¡No cites leyes a los hombres con espadas!») o al anterior general griego Tucídides («Los fuertes hacen lo que quieren y los débiles sufren lo que deben»).

Mirando en el espejo

Aparte de revelar las decisiones británicas inteligentes para reducir las situaciones de fricción transicional a medida que el poder relativo de Gran Bretaña decaía —evitando guerras costosas y distantes por cuestiones periféricas con un poder en ascenso— las acciones de los EE. , apareció en los ojos de la China bimilenaria hace algo así como quince días. Por lo tanto, la postura de EE. UU. hoy le parece a China tremendamente hipócrita y abiertamente egoísta: habiendo obtenido lo que queremos, queremos llamar al juego.

Conclusión

George Orwell se enorgullecía de poder enfrentarse a hechos desagradables; esa cualidad creía que lo calificaba más para ser novelista y comentarista. Y en este caso, el hecho desagradable es que cuando EE. UU. estaba en la posición geoestratégica relativa de Beijing, no se comportó de manera diferente a como se está comportando Beijing ahora y no se comportaría de manera diferente si la situación fuera la inversa. De hecho, desde Ronald Reagan hasta Barack Obama, ha sido una tradición regular que las administraciones de EE. UU. se burlen tanto de los fallos de los tribunales internacionales como de la opinión internacional cuando van en contra de los intereses estadounidenses percibidos, como en los casos de la minería en los puertos de Nicaragua y los aviones no tripulados en Oriente Medio. -campañas de bombardeo.Autor:

José Solís-Mullen

Graduado de la Universidad Spring Arbor y de la Universidad de Illinois, Joseph Solis-Mullen es politólogo y estudiante de posgrado en el departamento de economía de la Universidad de Missouri. Escritor y bloguero, su trabajo se puede encontrar en el Instituto Ludwig Von Mises, Eurasian Review , Libertarian Institute y Sage Advance. Puede contactarlo a través de su sitio web  http://www.jsmwritings.com  o encontrarlo en Twitter.

Fuente: mises.org

Licencia Creative Commons
27
Feb
22

LA CRISIS DE LOS MISILES CUBANOS DE BIDEN

Biden

  

24/02/2022jeff deist

El perverso legado de Joe Biden, si es que ese término sigue vigente, bien puede quedar determinado en las próximas semanas por su manejo de los acontecimientos en Ucrania. Puede mejorarlo mostrando moderación frente al implacable coro neoconservador. Uno se pregunta cuáles serían los resultados de una votación popular pura sobre la cuestión de ir a la guerra con Rusia por Ucrania, frente a una votación únicamente dentro de la circunvalación de DC. 

Nota: Biden guardó silencio sobre la reciente imposición de la ley marcial de emergencia por parte del gobierno de Trudeau en Ottawa (a unos cientos de millas de Washington, DC), pero tiene mucho que decir sobre Kiev (a 4881 millas de distancia). Esto no es una coincidencia. Como dice el periodista Glenn Greenwald, la propaganda occidental nos exige que denunciemos las acciones de Vladimir Putin (como congelar los activos bancarios del opositor político Alexei Navalny) mientras aplaudimos las mismas acciones tomadas por el gobierno canadiense contra el dinero donado a los camioneros. Las medidas enérgicas en las «democracias» están sujetas a un estándar más ilustrado:

[C]uando estas armas son empuñadas por gobiernos occidentales, se impone precisamente el marco opuesto: describirlas como despóticas ya no es obligatorio, sino que está virtualmente prohibido. Que la tiranía existe solo en los adversarios occidentales, pero nunca en Occidente mismo, se trata como un axioma permanente de los asuntos internacionales, como si las democracias occidentales estuvieran divinamente protegidas de las tentaciones de una represión genuina. De hecho, sugerir que una democracia occidental ha descendido al mismo nivel de represión autoritaria que los enemigos oficiales de Occidente es afirmar una proposición considerada intrínsecamente absurda o incluso  vagamente traicionera . 1

Gran parte de la retórica occidental actual sobre la antigua URSS emplea este lenguaje de traición, acusando a los escépticos de la guerra de ponerse del lado de Putin. Los políticos y los medios estadounidenses a menudo se desvían hacia la rusofobia absoluta, a veces con una animosidad racial nada sutil . Esto se deriva en gran parte de la elección de Donald Trump en 2016, que de alguna manera tuvo que ser el resultado de la interferencia rusa y no de las deficiencias de Hillary Clinton. Fue notable ver a tantos políticos y expertos arriesgarse a resucitar una Guerra Fría con una potencia nuclear simplemente para dañar políticamente a Trump. Pero funcionó: se deshicieron de Trump y ahora vuelve la Guerra Fría.

Al momento de escribir este artículo, Putin ha declarado las regiones orientales de Donetsk y Luhansk como independientes y autónomas de Ucrania. Las fuerzas rusas han entrado en Ucrania y han lanzado misiles; se reportan muertos y heridos. Según los informes, esas tropas tienen el control de la planta de energía de Chernobyl. El lugar de nacimiento de Ludwig von Mises, hoy llamado Lviv, está amenazado. 

En respuesta, Biden anunció hoy sanciones de represalia contra Rusia y prometió graves consecuencias económicas por las acciones de Putin. Se bloqueará la tecnología militar y aeroespacial, mientras que los bancos rusos no podrán acceder a los mercados internacionales. Los funcionarios de EE. UU. y la UE también han considerado  la opción más severa de sacar al país del sistema SWIFT de pagos internacionales, lo que interrumpiría las compras en moneda extranjera de petróleo, gas y otras exportaciones rusas. 

Aún así, Biden ha mostrado moderación. Esperemos que mantenga este compromiso hecho hoy:

«Nuestras fuerzas no están ni estarán involucradas en el conflicto», dijo. “Nuestras fuerzas no van a Europa a luchar en Ucrania, sino a defender [ sic ] a nuestros aliados de la OTAN y tranquilizar a esos aliados en el este”.

Habrá muchas voces en el oído de Biden exigiendo más, mucho más. La corriente secundaria de la elección de Biden en 2020 fue el regreso del neoconservadurismo con fuerza. Muchos de los peores halcones de la política exterior, desde David Frum hasta Max Boot y Bill Kristol, han encontrado su hogar en el Partido Demócrata. El Partido Republicano, por su parte, se esfuerza por superar a los demócratas en su belicosidad por Putin en un esfuerzo asquerosamente transparente para hacer que Biden parezca débil para las próximas elecciones intermedias. De ahí el lamentable espectáculo del exasesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, uno de los peores promotores de guerra en la historia moderna, que nos sermoneó solemnemente en MSNBC sobre el fracaso de Biden en colocar tropas estadounidenses en Ucrania hace semanas. A menos que la incursión de Putin sea de corta duración, puede estar seguro de que el Congreso, el Pentágono, las agencias de espionaje, el gabinete de Biden, y los líderes de su propio partido (conscientes de las encuestas) pedirán ataques militares estadounidenses. Algunos llamarán a las tropas estadounidenses para defender Ucrania sobre el terreno.

El presidente John F. Kennedy enfrentó presiones similares en sus breves años como presidente. Independientemente de las opiniones de uno sobre Camelot, Kennedy era un liberal e idealista de Nueva Inglaterra, no un neoconservador. Aborrecía sinceramente el posible uso de armas nucleares en un conflicto con los soviéticos. Se comunicó clandestinamente con Nikita Khrushchev para evitar un conflicto de ese tipo y logró que EE. UU. regresara del borde de un feo enfrentamiento de tanques en Berlín durante 1961, afirmando, para disgusto de los Guerreros Fríos, que el Muro de Berlín era «un infierno». mucho mejor que una guerra».

Kennedy también se resistió a los llamados del Pentágono, la CIA y el Estado Mayor Conjunto para que Estados Unidos respaldara un gobierno títere en Laos. Se mostró razonablemente firme en su oposición a las escaladas en Vietnam, negando las repetidas solicitudes del Pentágono de miles de tropas terrestres. Una y otra vez imaginó que su reelección en 1964 lo liberaría políticamente para sacar completamente a Estados Unidos del sudeste asiático.

Durante la Crisis de los Misiles en Cuba de 1962, la presión sobre Kennedy para que usara misiles nucleares contra ese pequeño y empobrecido país fue intensa. El secretario de Estado Dean Rusk, el secretario de Defensa Robert McNamara, el adjunto de la CIA Richard Helms, el Estado Mayor Conjunto y un general particularmente sediento de sangre llamado Curtis «Bombs Away» LeMay presionaron con fuerza para la acción. Consideraron desastrosamente débil el bloqueo cubano de JFK. Un agente de la CIA calificó de «traición» su fracaso en lanzar un ataque nuclear. LeMay lo comparó con el apaciguamiento en Munich. Y, por supuesto, su propio vicepresidente, Lyndon Johnson, nunca fue un aliado cuando contaba. El único confidente firme y confiable de Kennedy a lo largo de todo fue su propio hermano, el fiscal general Robert Kennedy.

Al igual que Trump, JFK enfrentó ataques y subterfugios casi amotinados desde adentro: por parte de su propio gabinete, agencias administrativas, comandantes militares y especialmente la CIA. 

Biden no es JFK. Está claro que Biden no posee ni un ápice de la inteligencia, el coraje, el valor, el vigor o el idealismo de Jack Kennedy. Es un estafador político de toda la vida y un hack partidista que se unió parasitariamente al establecimiento de DC. Que tal nulidad pueda incluso oler el Senado de los Estados Unidos, y mucho menos convertirse en presidente, es una acusación contra nuestro sistema. Pero por el momento es, o parece ser, la voz de la razón contra los John Bolton del mundo.

Fuente: mises.org

27
Feb
22

ARTÍCULO EN COMUNAS DEL LITORAL. El psicoanálisis ¿plataforma para una ética comunitaria? — FILOSOFIA DEL RECONOCIMIENTO

Los subterráneos no son siempre físicos y cimentados en piedra. Por el contrario, los más profundo e insondables radican en el interior; son como pozos repletos de recónditos recovecos de los que es harto difícil desentrañar un hilo conductor que los haga, y nos haga comprensibles.Así como quien se halla en una gruta material busca […]

ARTÍCULO EN COMUNAS DEL LITORAL. El psicoanálisis ¿plataforma para una ética comunitaria? — FILOSOFIA DEL RECONOCIMIENTO
27
Feb
22

¿III Guerra Mundial? 

123428400_ukraine_kiyv_closeup_attacks_32x640-nc

Mapas de Ucrania: Seguimiento de la invasión de Rusia – BBC News Mundo

 
 
Las tropas rusas ya han llegado a la capital ucraniana (Kiev) y hay el riesgo de que se genere una sangrienta batalla urbana a una escala nunca antes vista en Europa desde la II Guerra Mundial. Donald Trump viene advirtiendo que Joe Biden, quien le reemplazó en la presidencia norteamericana, puede conducirnos a una III Guerra Mundial. Si en la primera de estas (1914-18) el gran perdedor fue el imperio ruso (de cuya desintegración emergió la mayor revolución comunista de la historia) y en la segunda (1939-45) el gran triunfador fue la Unión Soviética, hoy el mayor foco de tensión militar en el planeta es el que se da entre los 2 antiguos principales componentes de lo que fueron antes el zarismo y la URSS. 
El 24 de febrero las tropas rusas ingresaron a Ucrania, pese a que durante meses Vladímir Putin negaba cualquier intento suyo de querer volver una intervenir en Ucrania, tal como pasó en 2014. Entonces, el Kremlin decidió anexionarse la península de Crimea (que hasta 1954 conformaba la Rusia soviética) argumentando que en un referéndum más del 90% de sus habitantes votaron por ello, y también apoyó a los insurgentes ruso-hablantes del este ucraniano quienes formarían dos «repúblicas populares» recién fueron reconocidas por Moscú el 21 de frebrero. Estas alegan que Kiev discrimina a los ruso-hablantes, donde el ruso ha dejado de ser un idioma cooficial y se permite que bandas que reivindican a los nazis de Stepan Bandera (quienes combatieron junto a Hitler cuando este ocupó Ucrania en 1941-45) siembren el terror contra los sindicatos,las izquierdas y los ruso-parlantes.
 
OTAN
 
Rusia reclama ser el verdadero gran cercado. Hasta 1989-91 existía un bloque soviético que Occidente logró atomizar. Inicialmente, la Alemania occidental capitalista se anexionó a la oriental «socialista» y luego los demás antiguos socios rusos del antiguo Pacto de Varsovia (Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Rumanía y Bulgaria) se fueron integrando a la Unión Europea y a la OTAN. Y, en medio de este proceso, todos los partidos comunistas en el poder fueron removidos y las economías estatizadas y planificadas fueron privatizadas y substituidas por modelos capitalistas liberales, en tanto que las 3 federaciones «socialistas» fueron divididas entre todos sus componentes: la URSS se partió en 15 repúblicas independientes e internacionalmente reconocidas, Yugoslavia en 7 y Checoslovaquia en 2.
Durante la época de Boris Yeltsin (1991-99), Moscú se convirtió en una suerte de rehén de Washington mientras su economía colapsaba y esta se veía incapaz de contener los avances de la OTAN dentro de sus antiguos socios. La OTAN no solamente incorporó a su seno a todos los ex aliados rusos del pacto de Varsovia, sino también a las 3 ex repúblicas soviéticas del Báltico (Lituania, Letonia y Estonia) y, además, bombardeó a Yugoslavia y la descompuso entre 8 repúblicas (una de ellas, Kosovo, no es reconocida por Moscú ni por la ONU). Mientras las fuerzas militares occidentales se enfrentaron a Serbia acusándola de haber hecho atrocidades contra los musulmanes en Bosnia, hoy los medios euro-americanos no hablan de que Srpska, la República Serbia de Bosnia,fue forzosamente retenida en este último país y que la República Serbia de Krajina fue la primera y única en la Europa de la postguerra en haber sido étnicamente depurada (la mayoría de sus habitantes que son serbios fueron expulsados y esta fue anexada a Bosnia, la cual es hoy un miembro activo de la UE y de la OTAN).
Para Putin las guerras que la OTAN hizo para destruir Yugoslavia, Irak, Libia, Siria y Afganistán, así como las decenas de intervenciones militares y golpes impulsados por EEUU en Latinoamérica evidencian que esta es una organización altamente peligrosa para la seguridad de su nación. Por eso él reclama un compromiso por parte de la OTAN para que esta no se expanda hacia Ucrania y Georgia, países ex soviéticos que limitan con Rusia. Para el Kremlin si se permite que Kiev entre a la OTAN y a la UE esto implicaría que misiles nucleares pudiesen llegar a Moscú en 5 minutos, con lo cual es casi imposible defenderse frente a un ataque nuclear y con ello se pierde el equilibrio del terror que debiera haber entre todas las potencias atómicas. Además, Ucrania al ingresar a la OTAN puedelanzar un operativo militar para «rescatar»Crimea y las republiquetas ruso-hablantes del Donbas aduciendo que el bloque militar están en la obligación de defender su integridad territorial.  
Si Ucrania entrase a la UE y a la OTAN se corre el riesgo de que Bielorrusia quedase rodeada por 5 miembros de la UE y que el descontenbto contra su mandatario Alexander Lukashenko (quien lleva allí en el poder 27 años y al cual la oposición le acusa de haber fraguado las elecciones para imponerse autoritariamente) pudiese arrastrar a la opinión pública de dicha nación a querer entrar a dicho bloque continental.
Rusia teme al avance de la OTAN y de la UE porque, además, puede impulsar movimientos separatistas en su interior. La federación rusa ocupa el mayor territorio que tenga cualquier Estado en el planeta y está compuesta por 22 repúblicas y unas 63 regiones. Putin debutó en el poder suprimiendo a hierro y fuego a Chechenia cuando esta quiso independizarse y destruyó su capital Grozny. Mientras él jamás va a permitir una nueva separación de Rusia, Putin ha impulsado, armado y protegido militarmente a 5 repúblicas secesionistas (una en Moldova, 2 en Ucrania y 2 en Georgia), las mismas que tienen como fin ser una espada en el cuello de estas para impedir que se incorporen a la UE y a la OTAN.
 
Moscú
 
Putin tiene otros 2 temores más para justificar su rechazo al expansionismo de la OTAN en Ucrania. Una es de carácter histórico. La cuna de Rusia fue, justamente, el Rus de Kiev que se expandía entre los mares báltico y negro. El antiguo término con el cual se conocía a Ucrania era el de «Pequeña Rusia», a Bielorrusia como «Rusia Blanca» y a Rusia como «Gran Rusia». Hasta hoy esas 3 naciones tienen en común hablar en lenguas eslavas muy similares que se escriben en el mismo alfabeto cirílico y en tener a la iglesia ortodoxa como la dominante. Este fue el trípode que en 1922 creó la Unión Soviética y que en 1991 la disolvió. Originalmente, el plan era que estas fueran la base de una Comunidad de Estados Independientes que tuvieran una buena relación y que tolerasen tropas rusas a su interior.Si Ucrania abrazase el modelo liberal, la UE y la OTAN se corre el riesgo de que se dé una situación de conflicto como el que hoy tienen las 2 Coreas y antes lo tenían los 2 Vietnams, Yemens y Alemanias. Ciertamente, que los «grandes rusos» y los «pequeños rusos» tienen diferencias etno-lingüísticas, pero tienen muchos lazos históricos, culturales y religiosos comunes. Además, el 17% de los ucranianos son rusos.
Si Ucrania entra a la UE se convertiría en su nación territorialmente más grande, mientras que Rusia vería que su mayor cantidad de connacionales fuera de su país se encuentran allí. La preocupación de Putin por los derechos de la minoría rusa en Ucrania ha sido comparada en el parlamento británico como una similar a la que Hitler tenía ante los germanos que vivían en los sudetes checos, pero hay una diferencia pues los rusos y las izquierdas en Ucrania han sufrido mucha hostilidad de parte de los neo-nazis y Ucrania es el único país del mundo donde estos mantienen un gran rol en la política nacional.
Otra gran preocupación que tiene Putin es el tema económico. Rusia provee el 40% del gas natural a Europa, la mayor parte del cual pasa por el gasoducto ucraniano y deben pagar dividendos por ello a Kiev. Putin no quiere que dicho recurso estratégico acabe dominado por un Estado que coloque sus cohetes nucleares contra Moscú. Tradicionalmente, las llanuras ucranianas han sido un gran proveedor de productos agrarios para el resto del antiguo bloque soviético. Las economías e historias de Rusia y Ucrania están intrínsecamente inter-relacionadas.
 
Washington
 
Washington inicialmente dejó que Putin pudiese arrasar a Chechenia, una distante, pequeña y poco poblada república de mayoría musulmana enclaustrada en los montes del Cáucaso, a condición de que el entonces nuevo líder ruso les dejase las manos libres en otros lugares del mundo. Empero, EEUU ha visto como Putin ha invadido Georgia y Ucrania creando republiqueteas aliadas, al igual como antes lo hizo en Moldova. Para Occidente ha sido terrible que los bombarderos rusos hayan salido a defender a Bashir al Assad en Siria (a quien ellos quisieron derrocar, tal como previamente lo hicieron con Saddam Hussein en Irak y Muammar Gaddafi en Libia) con lo cual no solo lo han mantenido en el poder, sino que han ayudado a que Irán se consolide y expanda su área de influencia hacia Irak, Líbano, Palestina y Yemen.Para Occidente Putin tiene una autocracia en casa y se atreve a enviar tropas a sus socios (como recientemente lo ha hecho en Kazakistán para reprimir opositores).
Washington tampoco ve bien que Moscú haya tejido una alianza económica y militar con Venezuela y otras naciones latinoamericanas y que junto a China e Irán tengan una entente defensiva.
En cierta manera la invasión rusa a Ucrania es algo de lo cual la OTAN y la UE van a querer sacar ventaja. Ambos bloquese se viene unificando, conciben que van a ganar los corazones de los ucranianos (así como de Suecia y Finlandia) para justificar una expansión de la OTAN, van a querer aislar internacionalmente a Rusia para quebrar su economía, y van a buscar que esta se empantane en Ucrania donde una resistencia guerrillera les cree un nuevo Afganistán.
Una III Guerra Mundial solo podría ser una de mútuo aniquilamiento nuclear, por lo que Washington y Moscú quieren evitar una confrontación directa. Putin quiere un cambio de régimen en Kiev, mientras que Biden quiere que esta guerra desgaste a Putin y produzca su caída en Rusia. 
 
isaac bigo
Ha estudiado en la Escuela de Estudios eslavónicos y de Europa Oriental d ela Univeridad de Londres, tiene un Magíster en Política Económica en Europa del Este en la London School of Economics y tiene ancestros rusos y ucranianos.  
27
Feb
22

Un líder con intenciones de entrar en guerra con una superpotencia, no es una alternativa confiable y lo demuestra la historia

Luis Agüero Wagner

http://www.diariosigloxxi.com/ firmas/luisaguerowagner

La guerra con Rusia, país difícil de presionar «por todos lados»  considerando su geografía interminable, no fue aventura fácil para Napoleon y tampoco para  Hitler.

Franco la eludió enviando bajo estatus de «voluntarios» a su División Azul al frente ruso.

Cuentan que por negarse a declarar la guerra a Rusia, el rey Boris de Bulgaria fue envenenado discretamente por orden de Hitler en la última etapa de la Segunda Guerra Mundial.

El ilustrado canciller paraguayo Euclides Acevedo, abordó esta semana la guerra ruso ucraniana en inusitada profundidad para los rangos de la diplomacia paraguaya.

En una de sus agudas apreciaciones, dictaminó que veía difícil detener el avance ruso con  comunicados,  una velada crítica al proceder de la OTAN.

No está demás puntualizar que Rusia es un importante comprador de carne paraguaya, producto clave para la economía del país. 

Fue luego que los embajadores de la Unión Europea y Japón acudieron a reunirse con las autoridades diplomáticas paraguayas preocupados por la posición del Brasil, renuente a contrariar a Putin. 

Subitáneamente y en similar clave de pragmatismo político, Putin sugirió a la cupula militar ucraniana  ejecutar una «Operacion Walkiria» contra Zelensky, acusandolo de ser un vulgar imitador del colaboracionista nazi Stepán Bandera y de haber tomado como rehén al pueblo ucraniano.

Bandera, algo así como un padre de la patria ucraniana, fue en efecto colaboracionista nazi.

Luego de ser aliado de Hitler ( Como suele suceder en internas nazis y neonazis) acabó apresado por sus padrinos de la Gestapo.

Los publicistas soviéticos contribuyeron a la confusión en torno a su polémica figura.

La propaganda de Moscú instrumentó  el parecido  de Bandera con el jerarca de la Gestapo Reinhard Gehlen, exhibiendo fotos del segundo vistiendo uniforme nazi, y presentándolo como el ucraniano. 

Con la providencial complicidad de una apariencia de  hermanos gemelos, la propaganda resultó exitosa. 

Como Gehlen había sido cooptado por Estados Unidos en virtud de la operación secreta «Paperclip», no estaba en condiciones de realizar aparición pública alguna para desmentir versiones que cubrían sus crímenes de guerra. 

Tras rendirse en marzo de 1945 a los norteamericanos en Baviera, pudo viajar cómodamente en primera  a EEUU para organizar los archivos de la CIA sobre Europa del Este. 

Había ocultado sus archivos sobre el Frente oriental en un lugar de los Alpes sólo conocido por él, así que era un consentido de sus nuevos patrones. 

Luego de varias operaciones exitosas contra el Pacto de Varsovia, Estados Unidos lo transfirió con todos los honores a la Alemania Federal donde siguió con su labor ocupando altos cargos.

Sin mayores sobresaltos, convertido en ojos y oídos de la OTAN sobre el tema Europa del Este, murió plácidamente en 1979. 

Su gemelo Stepán Bandera,  exiliado por los soviéticos, murió asesinado en el umbral de su casa de Munich, por un disparo de cianuro realizado según la versión oficial  por un agente del KGB. 

Al cabo de la guerra fría, regresó como ícono en billetes, estampillas y monumentos ucranianos.

Dice un proverbio ruso que añorar el pasado es correr tratando de alcanzar el viento.

Es difícil enterrarlo, dada la extendida creencia de que el historiador es un profeta con la vista puesta hacia atrás.

Y aunque se crea que el pasado no puede cambiarse, los historiadores lo hacen todo el tiempo.

La guerra en Ucrania es una prueba más del laberinto donde podemos llegar a perdernos partes de la historia cuando somos incapaces de continuarla.
LAW

25
Feb
22

El problema de la inmortalidad

Las historias sobre la inmortalidad están presentes en muchas culturas a lo largo del tiempo. La forma en que las culturas perciben la inmortalidad, como una bendición o una maldición, puede diferir ampliamente.

Cuatro inmortales saludando la longevidad.  T

Cuatro inmortales saludando la longevidad 

Por: Livia Gershon 

La apuesta de Jeff Bezos para luchar contra el envejecimiento a través de la nueva empresa Altos Labs ha iniciado otra ronda de debates sobre los ricos tecnológicos que sueñan con engañar a la muerte. Pero no son los únicos con ese sueño. Como escribe el estudioso de la literatura china Fontaine Lien, la inmortalidad es un tema de historias en muchas culturas . Ella analiza específicamente los diferentes puntos de vista sobre el tema que se encuentran en las historias góticas europeas y la literatura china fantástica del período de las Seis Dinastías (220-589 EC).

La literatura gótica y “gótica-adyacente” inglesa y francesa de principios del siglo XIX que Lien observa sigue una tradición cristiana de ver la inmortalidad terrenal con recelo. En estas historias, las personas pueden buscar la vida eterna usando elixires o haciendo un trato con el diablo. El resultado inevitablemente no es lo que esperaban. De hecho, la inmortalidad física a menudo contrasta con la inmortalidad espiritual después de la muerte.

En «The Mortal Immortal» de Mary Shelley , por ejemplo, el personaje Winzy bebe un elixir de inmortalidad y al principio está encantado con el resultado. Pero, después de tres siglos de vida, llega a desear poder morir, para “poner en libertad la vida aprisionada dentro, y tan cruelmente impedida de elevarse desde esta tierra sombría a una esfera más afín a su esencia inmortal”.

Algunos personajes se vuelven xian a través de años de meditación, con elixires mágicos, o yendo a las montañas y encontrando un xian que les enseñe.

En las historias góticas, aquellos que obtienen la inmortalidad también pueden recibir poderes especiales. Sin embargo, por lo general se vuelven melancólicos y se separan de la humanidad. Siguiendo la tradición del Judío Errante, condenado a caminar sobre la tierra para siempre, terminan frustrados y aburridos.

En contraste con el cristianismo, escribe Lien, el taoísmo permite muchos puntos de vista diferentes sobre la vida y la muerte, incluidos algunos que ven la inmortalidad terrenal como una meta digna y algo por lo que los humanos luchan naturalmente. Muchas historias, libros y películas chinos presentan xian , figuras que, en los textos taoístas, poseen cualidades espirituales que permiten trascender la mortalidad.

En la literatura zhiguai de las Seis Dinastías —“registros de lo extraño”— que examina Lien, la inmortalidad es un tema común. Algunos personajes se vuelven xian a través de años de meditación, con elixires mágicos, o yendo a las montañas y encontrando un xian que les enseñe. En muchas historias, un discípulo demuestra ser indigno y su maestro lo despide o lo castiga.

Fuente: Boletín daily.jstor.org

23
Feb
22

Novedades de NUEVA SOCIEDAD

En ocasión de los 50 años de NUEVA SOCIEDAD, lanzamos una nueva sección en nuestra web en la que recuperamos todas las semanas artículos publicados desde la primera edición de la revista en 1972.
Los textos pretenden reflejar el espíritu que siempre ha animado a esta publicación: el compromiso con la democracia y los derechos humanos en América Latina, la búsqueda de espacios de izquierda comprometidos con la igualdad y la justicia, y la vocación por abordar, con seriedad periodística y analítica, los temas más urgentes de la región.
El nuevo número de la edición impresa de NUEVA SOCIEDAD ya está disponible en línea.
Participan: Jose Luis Rocha, Giancarlo Summa, Jake Werner, Joan Subirats, Roger Martelli, Göran Therborn, Cristina Monge, Mariano Schuster, Ricard Gomà, Gemma Ubasart, Christian Krell, Rodrigo Arocena, Ricardo Martínez Mazzola, Joe Bilsborough, Pelle Dragsted,
Gisèle Sapiro, Violeta Garrido
Nueva Sociedad | Humberto Primo 531Buenos Aires, C1103ACK Argentina
Cancelar suscripción cubanuestradigital@gmail.com
Actualice su perfil | Aviso de datos de Constant Contact
Enviado por info@nuso.org alimentado por
Mensaje de correo electrónico confiable de ConstantContact




febrero 2022
L M X J V S D
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28  

Meses